Los preparativos para la fiesta del futbol femenil al puro estilo regiomontano estaban listos. La afición, tanto albiazul como auriazul ocupó sus respectivos asientos desde muy temprano; la música no podía faltar; papelitos, chispazos eléctricos y llamaradas de fuego se encargaron de encender aún más el ánimo de las personas. El evento magno había dado inicio.
Los primeros 5 minutos fueron de mero estudio. A partir de ahí, el primer equipo que intentó algo diferente fueron las Rayadas, con un tenue cabezazo de Desirée Monsiváis que fue bien sujetado por la meta, Ofelia Solís.
Luego de eso, Tigres Femenil tomó las riendas del partido. Pequeños embates por izquierda y por derecha hacían que el factor ‘confianza’ de la visita aumentara de decibeles.
La agresividad de las universitarias era cada vez mayor. Al minuto 17 tuvieron la primera jugada de real peligro en los botines de su goleadora, Katty Martínez, quien intentó cazar un centro al área, pero para su mala fortuna, el golpeo de pelota le falló debido a la incomodidad que se presentó en la jugada.
Rayadas no reaccionó hasta la primera media hora del partido. Pero no solo despertaron ellas, sino también toda la afición que anhelaba desgarrarse las gargantas con el primer grito de gol. Eso sucedió al 31’, tras un robo de pelota de Dinora Garza, quien filtró la pelota para Diana Evangelista, quien a su vez tuvo total libertad de definir y vencer a Solís con un dramático disparo cruzado que puso el 1-0 favorable a las Rayadas.
Monterrey creció en demasía. Nulificaron a su contrincante y ahora ellas habían tomado la batuta del juego. Al 40’, cerca estuvo de presentarse la segunda anotación en un disparo raso y de media distancia ejecutado por Monsiváis; la suerte no estuvo de su lado y el balón pasó cerca del vertical derecho.
El inicio de la segunda mitad, Tigres salió a ‘comerse’ a su rival, sin embargo, la guardameta, Claudia Lozoya, se vistió de heroína en un par de ocasiones y truncó el posible gol de las visitantes, quienes incrédulas se cuestionaban lo que estaba pasando en el ‘Gigante de Acero’.
En la recta final del encuentro, las de San Nicolás se fueron totalmente al frente, pero no encontraron ni siquiera un resquicio por donde hacerle daño a las locales, que se sentían cada vez más cerca de la gloria.
La agonía auriazul llegó a su fin. La juez central decretó el final del partido y con ello el triunfo de las Rayadas (por 2-1 global) que las acredita por primera vez campeonas de la Liga MX Femenil, luego de haber caído en dos ocasiones en estas mismas instancias ante el mismo rival.
