Hace algunos años, los llamados ‘refuerzos bombas’ a los que aspiraban los equipos mexicanos provenían de Sudamérica. Las figuras de clubes argentinos, uruguayos o brasileños que no alcanzaban a llegar a Europa, que fueron pero no tuvieron el mejor de los éxitos, o que estaban en busca de un trampolín para llegar a las mejores ligas del mundo, normalmente pasaban por México, siendo el América el destino predilecto de esta clase de futbolistas.
Sin embargo, en los últimos años, esto ha cambiado.
Ahora los equipos mexicanos buscan traer jugadores de otras partes del mundo, apuntando a Europa, incluso, como lo hizo Tigres en 2015 con André-Pierre Gignac, en 2021 con Florian Thauvin y como lo acaba de hacer Rayados también, con Sergio Canales o el propio Jesús Corona, en otra de las prácticas que se han adoptado en México en los últimos años: repatriar jugadores.
Ahora que el América está en busca de un defensa central que dé mayor solidez a la escuadra dirigida André Jardine, han sondeado el mercado sudamericano… sin éxito obtenido. La misma historia de los últimos cuatro años, pues desde los fichajes de Richard Sánchez, Sebastián Cáceres y Federico Viñas, los azulcremas no han vuelto a contratar a jugadores de Sudamerica.
¿Falta de interés?
¿Carencia de ideas al momento de intentar cerrar alguna negociación?
¿Precios exageradamente elevados?
Preguntas sobran. Lo que falta son las respuestas.