El empate obtenido el sábado pasado, en la cancha del ‘Volcán’ Universitario, sumado al triunfo de Rayados, que se metió a la bella airosa y venció 2-0 a los Tuzos del Pachuca, dejó el segundo lugar aún al alcance de Tigres, sí, pero ya no en sus manos.
Y es que, si Monterrey gana los dos partidos que le quedan (Santos en casa y Querétaro de visita), aún y cuando Tigres gane su partido contra unas Águilas del América que llegarán al ‘Volcán’ en busca de romper el récord, acabarían en tercer lugar de la general, con treinta y dos unidades. Por debajo de América, que se quedaría en treinta y nueve, y Rayados, que llegaría a treinta y cinco puntos en un torneo plagado de lesiones y complicaciones.
¿Qué tanto perjudicaría a Tigres esta situación?
El discurso obligado sería que nada, que el equipo solamente piensa en lo que es mejor para ellos y punto. Que lo que suceda con el vecino y con cualquier otro equipo les es indiferente.
Sin embargo, todos sabemos que Nuevo León es una plaza distinta.
Que lo que hace Tigres está intrínsecamente ligado a lo que hace Rayados y viceversa.
En consecuencia, acabar una posición abajo de un equipo al que le venía saliendo todo mal, podría representar un bajón anímico peligroso de cara a la liguilla, donde, se supone, el conjunto auriazul tiene maestría.
¿O acaso será al revés?
¿Nahuel Guzmán, André-Pierre Gignac y compañía harían de dicha situación un motivo más para saltar al campo con el cuchillo entre los dientes y mostrarle a todo el mundo quién manda en la ciudad?
Solo el tiempo lo dirá.
Nota escrita por Jaime Garza.