Carlo Ancelotti, uno de los entrenadores más exitosos en la historia del fútbol, tiene una anécdota emblemática que resalta su enfoque y filosofía. Durante su tiempo en el AC Milán, Ancelotti dirigió al equipo en la final de la UEFA Champions League de 2005 contra el Liverpool, un partido que se ha convertido en legendario por su dramático desarrollo.
El AC Milán dominó la primera mitad y llegó al descanso ganando 3-0, con goles de Paolo Maldini y dos de Crespo. Sin embargo, en un giro inesperado, el Liverpool logró igualar el partido en el segundo tiempo, marcando tres goles en solo seis minutos de la mano de Gerard, Šmicer y Xabi Alonso. Ancelotti, en lugar de entrar en pánico, mantuvo la calma.
A pesar de la conmoción y el caos, Ancelotti se dirigió a sus jugadores y les recordó que aún quedaba tiempo. Les pidió que mantuvieran la cabeza fría y que siguieran confiando en su juego. Su mensaje fue claro: no se dejaban llevar por la emoción del momento.
Finalmente, el partido se decidió en los penales, y aunque el Milán no ganó esa noche, Ancelotti demostró su capacidad para manejar la adversidad. Años después, en 2007, Ancelotti tuvo su revancha al llevar al Milán a ganar la Champions League nuevamente, en contra del Liverpool.
Esta historia ilustra no solo la resiliencia de Ancelotti como entrenador, sino también su filosofía de enfoque, incluso en las situaciones más críticas. Su habilidad para aprender de las derrotas y volver más fuerte es parte de lo que lo ha convertido en uno de los mejores técnicos del mundo.
